El cóndor andino (Vultur gryphus) posee un alto valor biológico y cultural para la mayoría de las culturas de Sudamérica, y por tal motivo es considerada una especie de gran relevancia para su conservación. Actualmente en Chile el cóndor andino esta categorizado como Vulnerable debido a diversas amenazas que tienen sus orígenes en las actividades humanas, sumado al desconocimiento sobre su presencia, abundancia y patrones de dispersión en el norte de Chile, lo que aumenta su vulnerabilidad. Algunas de las causas que contribuyen a la disminución de sus poblaciones incluyen la caza ilegal, el envenenamiento por ingestión de plomo, el choque en vuelo con estructuras como tendidos eléctricos, y perturbaciones en sus áreas de descanso y nidificación.

El extremo norte de Chile representa para el cóndor andino y su conservación un área de alta sensibilidad y preocupación, debido a la falta de información respecto de la especie, y al aumento de las actividades humanas. Por tal motivo desde el 2016 el Zoológico Nacional de Chile lleva a cabo un programa de investigación con el objetivo de proponer zonas de protección en esa zona de Chile, realizando censos sistemáticos estacionales y encuestas de percepción a las comunidades indígenas, lo último con el fin conocer y entender la cosmovisión de las comunidades locales en relación a esta especie.

La información obtenida bajo el marco de esta investigación constituye el primer esfuerzo en determinar aspectos biológicos y culturales del cóndor andino en la Región de Arica y Parinacota. Entre algunos aspectos se destaca que la supervivencia de esta especie en las tierras altas no solo depende de los esfuerzos de conservación que se quieran desarrollar para apoyar la recuperación natural de la especie, sino también de la integración de las comunidades indígenas locales a estas acciones.

El Zoológico Nacional de Chile incluye dentro de sus estrategias de conservación para esta especie el promover la conservación integrada del valor biológico del cóndor andino y su importancia como patrimonio cultural de Sudamérica, lo que ayudará no solo a la protección de las poblaciones animales, sino también a la preservación de la identidad de las diversas poblaciones humanas.